Categoría: Literatura
El sol había consumido mi razón y había achicharrado mis esperanzas de salir libre de aquella ciudad de mierda.
Quizá estaba siendo engañado por un demonio quien nublaba mi camino, o encadenaba mis manos y evitaba que me levante. Pero por más vueltas que le daba a la ciudad, no podía encontrar una salida, abría cada puerta pero llegaba a un callejón sin salida lleno de aberraciones.
La mañana había llegado limpia e iluminaba mi sendero, pero en la ciudad no había nadie que pudiera guiarme, la ciudad se había tragado hasta las aves que pudieran haber sobrevolado sus aires y quizá terminaría por tragarme a mí tambien...
Desesperado, caí de rodillas al suelo pidiendo clemencia y muerte al fin.
Quizá el fin había llegado, luego de haber vagado por toda la ciudad equivocandome y errando en cada calle y esquina.
La ciudad me había vencido
